Marcos (Ricardo Darín) y Juan (Gastón Pauls) son habituales de la farsa y este es su recurso para hacerse de pesos en las calles porteñas, donde los distraídos y los inocentes son víctimas de los "amigos de lo ajeno", una realidad habitual no sólo de Buenos Aires sino de muchas otras ciudades del mundo.
En una madrugada, Marcos, con más experiencia, ayuda un poco a Juan, no tan profesional, y gracias al rostro inocente que promete abrirle muchas puertas, Juan es invitado como socio por Marcos, sólo un día, "de prueba". El reto se antoja una buena experiencia, y pese a las diferencias entre ellos (Juan necesita el dinero para su padre, en la cárcel, mientras que Marcos engañó a su hermana, con quien lleva una relación de conflicto, y se quedó con una herencia), ambos avanzan contra la desconfianza mutua, hasta que de golpe, sin pensarlo y sin buscarlo, se enfrentan a una oportunidad "en un millón", tan buena que sólo puede ser cierta por su aparente aparición milagrosa: un falsificador enfermo necesita que alguien más venda una imitación de estampillas (las "nueve reinas" del título) a un millonario español que será deportado al día siguiente, y lo obvio sigue: un complejo hilo de personajes, situaciones y problemas se interpondrá entre la venta (y el dinero como beneficio) y los ladrones, en una espiral que se complica -inteligentemente- hasta los límites más grandes posibles.
En una madrugada, Marcos, con más experiencia, ayuda un poco a Juan, no tan profesional, y gracias al rostro inocente que promete abrirle muchas puertas, Juan es invitado como socio por Marcos, sólo un día, "de prueba". El reto se antoja una buena experiencia, y pese a las diferencias entre ellos (Juan necesita el dinero para su padre, en la cárcel, mientras que Marcos engañó a su hermana, con quien lleva una relación de conflicto, y se quedó con una herencia), ambos avanzan contra la desconfianza mutua, hasta que de golpe, sin pensarlo y sin buscarlo, se enfrentan a una oportunidad "en un millón", tan buena que sólo puede ser cierta por su aparente aparición milagrosa: un falsificador enfermo necesita que alguien más venda una imitación de estampillas (las "nueve reinas" del título) a un millonario español que será deportado al día siguiente, y lo obvio sigue: un complejo hilo de personajes, situaciones y problemas se interpondrá entre la venta (y el dinero como beneficio) y los ladrones, en una espiral que se complica -inteligentemente- hasta los límites más grandes posibles.
